La motivación es un eje fundamental dentro del aprendizaje, ya que favorece a la correcta
orientación de la atención y permite que esta se sostenga en el tiempo, es la fuerza que dirige el
comportamiento, que activa y organiza. Muchas veces, escuchamos que hay niños que “no
tienen motivación para aprender” y con esto, la pregunta: ¿Cómo hago para motivarlo?
Para empezar, podemos decir que hay dos tipos de motivación: la motivación extrínseca y la
motivación intrínseca.
La primera, se trata de una motivación ligada a recompensas externas y la segunda es la que
nace del interior de cada uno; que busca esa satisfacción que sentimos al lograr algo.
No podemos generar esta motivación intrínseca , pero lo que sí podemos es generar las
condiciones para que aparezca.
La novedad, momentos que corten la rutina, la curiosidad, el juego, el movimiento, la risa, la
celebración de los pequeños logros, son algunos ejemplos de cómo podemos “crear” estas
condiciones para que la motivación aparezca y el aprendizaje sea realmente significativo.